21 de noviembre. Presentación de la Santísima Virgen

Textos de Benedicto XVI referidos a la memoria litúrgica de la Presentación de la Santísima Virgen. En este día se celebra la Jornada por orantibus, por las comunidades religiosas de clausura.


"En la liturgia de hoy recordamos la Presentación de la santísima Virgen María. Ella supo realizar de modo perfecto la voluntad del Padre celestial. Que María nos ayude a insertar en nuestra vida el plan divino de la salvación" (Palabras tras Audiencia general, 21 de noviembre de 2007).

Ángelus, 18 de noviembre de 2007

"(...) Nos invitan con singular eficacia a mantener viva esta perspectiva las personas consagradas, que han puesto sin reservas su vida al servicio del reino de Dios. Entre estas, quiero recordar en particular a las llamadas a la contemplación en los monasterios de clausura. A ellas la Iglesia dedica una Jornada especial el miércoles próximo, 21 de noviembre, memoria de la Presentación de la santísima Virgen María en el Templo. Debemos mucho a estas personas que viven de lo que la Providencia les proporciona mediante la generosidad de los fieles. El monasterio, "como oasis espiritual, indica al mundo de hoy lo más importante, más aún, en definitiva, lo único decisivo:  existe una razón última por la que vale la pena vivir, es decir, Dios y su amor inescrutable" (Discurso a los monjes cistercienses de la abadía de Heiligenkreuz, Austria, 9 de septiembre de 2007:  L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 21 de septiembre de 2007, p. 6). La fe que actúa en la caridad es el verdadero antídoto contra la mentalidad nihilista, que en nuestra época extiende cada vez más su influencia en el mundo (...)".

Ángelus, 16 de noviembre de 2008

"(...) El viernes próximo, 21 de noviembre, memoria litúrgica de la Presentación de la Santísima Virgen en el templo, se celebrará la Jornada pro orantibus, por las comunidades religiosas de clausura. Demos gracias al Señor por las hermanas y los hermanos que han abrazado esta misión, dedicándose totalmente a la oración, y viven de lo que reciben de la Providencia. Roguemos también nosotros por ellos y por las nuevas vocaciones, y comprometámonos a ayudar a los monasterios en sus necesidades materiales. Queridas hermanas y queridos hermanos, vuestra presencia en la Iglesia y en el mundo es indispensable. Estoy cerca de vosotros y os bendigo con gran afecto (Después del Ángelus, 16 de noviembre de 2008).

Publicar un comentario

0 Comentarios