Ángelus, 9 de octubre de 2011

Ángelus - Lamezia Terme (9 de octubre de 2011)

Benedicto XVI anima en Calabria a tener viva la piedad popular en torno a Maria a la luz de las enseñanza del Concilio Vaticano II. Hablando de San Bruno comenta: ¡la fe de los santos renueva el mundo!




Queridos hermanos y hermanas,

Mientras llegamos al término de nuestra celebración, nos dirigimos con filial devoción a la Virgen María, a la que en este mes de octubre veneramos en particular con el título de Reina del Santo Rosario. Sé que hay muchos santuarios marianos presentes en esta tierra vuestra, y me alegro de saber que aquí en Calabria está viva la piedad popular. Os aliento a practicarla constantemente a la luz de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, de la Sede Apostólica y de vuestros Pastores. Confío a María con afecto vuestra comunidad diocesana, para que camine unida en la fe, en la esperanza y en la caridad. Que os ayude la Madre de la Iglesia a tener siempre en el corazón la comunión eclesial y el compromiso misionero. Que sostenga a los sacerdotes en su ministerio, ayude a los padres y a los maestros en su tarea educativa, consuele a los enfermos y a los que sufren, conserve a los jóvenes un alma pura y generosa. Invoquemos la intercesión de María también para los problemas sociales más graves de este territorio y de toda la Calabria, especialmente los del trabajo, de la juventud y del cuidado de las personas discapacitadas, que requieren creciente atención por parte de todos, en particular de las Instituciones. En comunión con vuestros obispos, os exhorto en particular a vosotros, fieles laicos, a que no falte la contribución de vuestra competencia y responsabilidad en la construcción del bien común.

Como sabéis, hoy por la tarde me dirigiré a Serra San Bruno para visitar la Cartuja. San Bruno vino a esta tierra hace nueve siglos, y dejó un signo profundo, con la fuerza de su fe. ¡La fe de los santos renueva el mundo! Con la misma fe, también vosotros, renovad hoy a vuestra amada Calabria!